EN
LA DÉCADA “K”, EL EMPLEO ESTATAL CRECIÓ Y TAMBIÉN SE PRECARIZÓ
En
los distintos ministerios y organismos descentralizados del Poder
Ejecutivo hay 51.396
empleados contratados.
Esto equivale a un
aumento de 220%
respecto de los 16.122
contratados que
había en mayo de 2003,
al inicio de la gestión de Néstor Kirchner. Así, los últimos
datos oficiales disponibles (a julio de 2012) del Ministerio de
Economía revelan que en los últimos 10 años hubo una fuerte
“precarización”
de empleo estatal.
Estas
cifras marcan también que en mayo
de 2003
en las distintas áreas que dependen de la Casa Rosada había 243.413
empleados
de los cuales el 6,6%
o 16.122 eran contratados.
A julio
de 2012 el
total aumentó a 328.589
personas, con 51.396
contratados (15,6%).
Así se advierte que hubo un marcado incremento del personal
contratado en detrimento del permanente.
Si
se excluyen los ministerios de Seguridad y Defensa – con 200.000
empleos y casi sin contratados – el peso de los contratados es
elevadísimo. En algunas dependencias se da la paradoja de que tienen
más contratados que empleados permanentes o transitorios, como en
Presidencia, Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Planificación.
El
Ministerio
de Trabajo
figura con 4.433
contratados,
de los cuales 2.609
son del Ministerio,
1.733
en la Anses
y 91
en otros organismos dependientes de la cartera laboral. Aquí se da
la paradoja de que los permanentes
propios de Trabajo suman 1.143, y los contratados 2.609.
El grueso de los permanentes y transitorios de Trabajo (15.119
casos) corresponden a la Anses.
Matías
Cremonte, director del departamento jurídico de ATE, uno de los
gremios estatales, dijo que “la mayoría de los contratos son a
través de la figura del contrato a plazo fijo – conocido por la
norma que lo reglamentó 48/02 o art.9 -, o directamente mediante
contratos de locación de servicios, lo que lo obliga a los
trabajadores a inscribirse en el monotributo y facturar. También a
través de contratos con organismos internacionales (como el PNUD), o
pasantías
falsas,
ya que si bien se hacen mediante universidades nacionales, en
verdad son empleos disfrazados.
Esto implica que todos estos trabajadores carecen del derecho a la
estabilidad, y eso restringe su posibilidad de sindicalizarse, de
reclamar un aumento salarial o cualquier otro derecho, ya que
dependen de que el funcionario a cargo le renueve su contrato cada
seis meses o un año. Es decir, se
lo usa como disciplinador”.
Cremonte
agregó que estos trabajadores contratados perciben menos adicionales
que los trabajadores que hacen las mismas tareas y pertenecen a la
planta permanente del Estado. “Es decir, se
viola otro derecho constitucional
como el que establece ‘igual
remuneración por igual tarea’
(también el art.14 bis). Tampoco tienen el derecho a una
indemnización en caso de despido como tienen los empleados del
sector privado”.
Una
de las razones por las que no se avanza en el pase a planta de los
trabajadores contratados… es que las vacantes siguen congeladas
desde la época del menemismo.
…
FUENTE
“LOS
ANDES”, 16.06.2013
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