MÁS DE
CINCO MILLONES TRABAJAN EN NEGRO
La
radiografía laboral argentina, según las cifras
oficiales más recientes, marca que hay
5.360.000 personas que trabajan en la informalidad o “en negro”. Se trata
de asalariados y trabajadores por cuenta propia o profesionales que en los
registros de la Seguridad Social
no figuran con aportes previsionales.
Los
datos son del Ministerio de Trabajo. Y están actualizados a junio del año
pasado. Dicen que hay 15.913.400 personas ocupadas. Y de ese total, los que
están aportando suman 10.553.566, que equivalen al 66,3%. El restante 33,6% trabaja en la informalidad. O lo que es lo mismo,
de cada 3 ocupados, uno está “en negro”.
Entre
los trabajadores en negro, el grueso corresponde a asalariados en relación de
dependencia. Los sectores especialmente afectados son la construcción,
servicios de hotelería y restaurantes, y el personal doméstico (tanto por horas
o por jornada completa).
Trabajar en negro significa no
tener aportes previsionales para una futura jubilación, ni cobertura de salud a
través del sistema de obras sociales.
Tampoco discuten su salario en
paritarias. Estos trabajadores tampoco gozan de otros beneficios legales como
vacaciones o días por enfermedad.
En
estos últimos años también aumento el número de jubilados que trabaja,
inclusive en relación de dependencia. Esto se explica por el incremento de a
expectativa de vida; pero también porque los ingresos de jubilación son
insuficientes para vivir.
De
los 10,5 millones de ocupados registrados, unos 3 millones se desempeñan en el
sector público nacional, provincia o municipal que se supone se desempeña en
blanco. De aquí se desprende que los ocupados por el sector privado suman 12,9
millones. Con lo cual la informalidad en
el sector privado superaría el 41,5% del total.
El
grueso de los registrados – 8,5 millones – son empleados en relación de
dependencia.
Los
profesionales o cuentapropistas suman más de 1,6 millón distribuidos entre
monotributistas – la amplia mayoría – y autónomos.
Hay
otros 300.000 que son aportantes del servicio doméstico.
FUENTE
“LOS
ANDES”, 21.01.2013
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