SANTA CRUZ TIERRA HOSTIL
Santa Cruz, tierra hostil para investigar
En foco
Guillermo
Marijuan debió haberse sentido en su primer día en Santa Cruz como un
hincha de fútbol en el lugar equivocado.
En su caso, confeso
simpatizante de Racing, observando imaginariamente el clásico de
Avellaneda infiltrado entre la hinchada de Independiente.
El fiscal
estuvo en el Juzgado Federal de Río Gallegos y allanó, al menos, un par
de las grandes estancias que Lázaro Báez posee en la provincia.
Según el
testimonio del arrepentido Leonardo Fariña, en alguna de esas u otras
fincas podría ocultarse parte del dinero que husmea Sebastián Casanello,
quien pretendería comprobar si existieron maniobras de lavado durante
la década kirchnerista.
Marijuan estuvo sólo acompañado por
funcionarios judiciales y de las fuerzas de seguridad.
No habría
requerido de sensores especiales para advertir el nivel de tensión y
hostilidad del poder provincial a raíz de su aterrizaje.
Santa Cruz vive
en un estado semejante al colapso con motivo de situaciones que se
entrelazan.
Una de ellas, son justamente las derivaciones del caso del
empresario patagónico.
La otra, el complicado presente político de
Alicia Kirchner.
La gobernadora percibiría que se tiende sobre ella, de
modo progresivo, una especie de intrincado cerco.
Hace apenas
diez días, por decisión del juez Sergio Torres, la Policía Aeroportuaria
allanó la sede de la gobernación.
Un hecho sin precedentes.
El
magistrado investiga presuntas anomalías en el mausoleo de Néstor
Kirchner en la capital provincial.
Incautó documentación sobre la
construcción, administración y mantenimiento de la obra.
Que por
deficiencias de origen debió ser reparada. Se hundió una parte de los
cimientos.
La obra corrió por cuenta de Báez, amigo y socio del ex
presidente.
El mausoleo fue levantado en un terreno perteneciente
a la intendencia de Río Gallegos.
A través de un decreto se estableció
que su administración correría por cuenta de la Secretaría General del
gobierno de la provincia.
A tal efecto, se debía abrir una cuenta
bancaria exclusiva. Esa cuenta, según verificó Torres, no existiría.
La
causa no está siendo sustanciada por Casanello porque el fiscal
Marijuan consideró que la denuncia, efectuada en su momento por la
actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no tenía vínculo con la
investigación sobre lavado de dinero. Pero el fantasma de Lázaro
sobrevuela igual.
Tanto ocurre ese fenómeno que Marijuan habría estado en su paso por
Santa Cruz recogiendo indicios sobre otra historia rara.
Alicia Kirchner
negó cualquier relación comercial y societaria con el empresario K.
Pero el propio Báez se encargó de confirmar que le compró en el 2003 un
departamento a la gobernadora por más de US$ 100 mil.
No sería la única
huella.
Alicia atraviesa otros padeceres. La situación económica y
social de la provincia es pésima.
Las protestas de los gremios
estatales se multiplican.
Para colmo, las expectativas sobre la
construcción de dos represas, acordadas por Cristina Fernández con
China, se han demorado.
Las presuntas inversiones tardarán en llegar.
Primero, porque el gobierno de Mauricio Macri decidió revisar ese
proyecto y abrir una nueva ronda de negociación con el gobierno
asiático.
Segundo, porque ayer mismo la Corte Suprema le requirió a la
administración macrista que informe sobre el impacto en el medio
ambiente que detonarían ambas construcciones. Nada que puedan
aligerarlas.
El embrollo para la gobernadora creció también con
motivo de los fondos disponibles en las arcas provinciales.
Alicia
describió al asumir una caja presupuestaria prácticamente vacía.
Pero
sectores de la oposición denunciaron la existencia de una cuenta
bancaria con un plazo fijo cercano a los $ 1.200 millones.
La mujer se
suele mostrar poco en público porque los ánimos están caldeados.
Cuando
lo hace, aparece escoltada por las tropas ahora raleadas de La Cámpora.
Prefiere movilizarse en su camioneta. Desde su casa a la sede de la
gobernación. Y viceversa.
Marijuan habría comenzado a desarrollar
su trabajo en Santa Cruz con expectativas bien acotadas.
Casanello
mencionó la posibilidad de recuperar algunos activos, según confió el
valijero Fariña, que podrían estar escondidos.
El optimismo del juez
sonaría exagerado. “Si el fiscal encuentra ahora algo, Báez merecería
una condena por tonto”, ironizó un funcionario judicial.
El operativo de
caza comenzó recién 18 días después de la reveladora declaración del
arrepentido.
Marijuan no podía hacer otra cosa sin una directiva del
magistrado.
Casanello tiene la causa de la ruta del dinero K desde el
2013.
Le dio un llamativo envión después de que se produjeron cuatro
motivos convergentes.
El triunfo de Macri, verdaderamente inesperado en
Comodoro Py.
La revelación de los videos en los cuales apareció Martín
Báez, el hijo de Lázaro, junto a otros compinches contando millonadas de
dólares con olor a plata sucia.
Esas imágenes pudieron acentuar la
indignación social reflejada en las últimas horas en episodios
repudiables.
Carlos Zannini, el ex secretario Legal y Técnico, ex
candidato a vicepresidente y del riñón de la familia Kirchner, fue
maltratado en la cancha de Boca y cuando se dispuso a viajar a Miami en
un avión de línea extranjera. En Washington residen su hija y sus
nietos. La mujer es funcionaria de la Embajada que conduce ahora Martín
Lousteau.
Casanello contó con otros de estimulantes.
El 2 de
abril la Cámara de Casación consideró la causa sobre Báez de
“trascendencia institucional”. Lo instó a acelerar los tiempos.
El 16 de
abril la Cámara Federal instruyó al mismo magistrado a no establecer
ningún límite a la investigación sobre el dinero K. Le advirtió que no
debería circuncribirse a los US$ 5,5 millones que surgieron de los
videos. Recordó que la denuncia original apunta a la fuga al exterior de
55 millones de euros diseminados, al parecer, por intermedio de una
compleja red de sociedades y operaciones financieras.
Casanello
recibió una señal desde el Vaticano.
Fue invitado, junto a distintos
jueces y fiscales, a participar en junio de un congreso sobre lavado de
dinero, narcotráfico, criminalidad y trata de personas que se llevará a
cabo en la Real Academia Pontificia. Será inaugurada por el propio
Francisco, el Papa.
El protagonismo de aquel juez en el súbito
brote de transparencia que sacude al Poder Judicial tendrá hoy mismo un
punto de partida.
Intervendrá en un congreso antimafias que se
desarrollará en la Universidad de Rosario.
Lo acompañarán, entre otros,
Ariel Lijo, que lleva una de las causas que más complica a Amado Boudou:
el caso Ciccone.
Ese juez acaba de aceptar al Estado como parte
querellante.
Fue por una presentación de la Oficina Anticorrupción, que
dirige la macrista Laura Alonso.
También asistirán el juez Torres, el
rosarino Enrique Vera Barros y el fiscal Federico Delgado, que sustancia
el caso de los Panamá Papers y la muerte de cinco jovenes por consumo
de droga en una fiesta en Costa Salguero. Ambas cuestiones golpean al
macrismo.
Las claves de la escena no radicarían, sin embargo, en
ninguno de esos apellidos.
La apertura de las jornadas estará a cargo
del legislador porteño, Gustavo Vera. Colaborador histórico de Jorge
Bergoglio.
Pero participará también Marcelo Sánchez Sorondo, obispo
argentino en el Vaticano, canciller de la Academia Pontificia de
Ciencias Sociales.
Lugar donde muchos de los jueces argentinos se
cruzarán en junio con el Papa.
fuente
"Clarin.com", 28.04.2016