Peino canas. Mi jornada lleva ya más de seis décadas. Inevitablemente he cometido errores que he asumido (no puede ser de otra manera) y también sus consecuencias.
Todos llegamos, justo, hasta donde nuestros pasos nos llevan.
Mi satisfacción es que no tengo que rehuir la mirada a nadie. Sin petulancia, serenamente, puedo mirar a los ojos a todos los que me he cruzado en mis días.
Sin el talento de Machado, como él, puedo decir “con mi dinero pago el pan que me alimenta, el techo que me cubre, la mansión que habito, el lecho donde yazgo. Al fin y al cabo, nada os debo, me debéis cuanto escribo.”
Las numerosas citas que hay en mi tarea de ninguna manera pretenden la erudición; solo son cosas que he ido encontrando y valoro y me parece vale la pena compartir. También, en algunos casos son propuestas de vida asumidas.
Vuelvo a Machado “moneda que está en la mano/ quizás se pueda guardar/ la monedita del alma/ se pierde si no se da.”
Nunca he tirado la piedra y escondido la mano, me he negado a la zancadilla y ha hacer el gol con la mano.
He vivido conflictos, siempre mis oponentes han sabido quien los enfrentaba.
Por todo ello, quien usa antifaz, o necesita del anonimato, me propone un juego, que rechazo, en una cancha que me niego a pisar.
Gandhi enseñaba:”solo se pueden hacer aquellas cosas que la razón puede probar y el corazón aprobar”.
Respetuosamente
Julio A. Irrazabal
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